miércoles, 6 de febrero de 2013

Defender a Jacob


Me ha entrado una angustia terrible al leer esta novela. No, no soy masoquista, me lo tenía que terminar. A lo mejor no lo entendéis pero nos puede pasar a cualquiera.
Jacob es hijo de una profesora de lengua y del ayudante del Fiscal del Distrito.
Se dibuja una familia de clase media-alta con mucho amor entre sus miembros y sin ningún problema aparente. Pero, un día aparece muerto un compañero de clase de Jacob, y todo se complica.
Al padre de Jacob, como ayudante del Fiscal le toca llevar el caso y comienza las investigación.
Hasta ahí todo normal, como en cualquier novela policíaca, eso sí, ni gota de sangre en el lugar del crimen. Policíaca descafeinada puede parecer. A  partir de este momento empieza el trhiller psicológico, porque todas las pruebas apuntan a Jacob.
Su padre lo sabe, su madre lo sabe y Jacob lo sabe. Pero todos creen en su inocencia. ¿Todos…? La Policía, el Fiscal del Distrito,  los amigos y compañeros de Jacob y su Psicóloga no lo tienen tan claro.
¿Podría ser Jacob un asesino?. Su padre tiene claro que no y a su abogado defensor le toca bailar con la más fea, y tiene que creer en la inocencia de su defendido que confiesa su culpabilidad vía facebook, el ojo que todo lo ve.
¿Está Jacob afectado por un gen mutante que contiene el mal y pasa de generación en generación?
El abuelo de Jacob, está en la cárcel por pura maldad. Su bisabuelo también asesinó, y sólo su padre se libró por pura fuerza de voluntad al controlar sus impulsos. Parece que Jacob también tiene ese gen y no lo ha podido controlar. ¿Hasta que punto eso es así?
Escalofriante ese punto en el que te planteas si los niños de la guardería de tu hijo se hacían daño solos o los ayudaba tu propio hijo.
Finalmente Jacob es declarado inocente por la aparición de un sospechoso al que nadie tuvo en cuenta en su momento que se suicida dejando una nota en la que se reconoce autor del asesinato porque estaba enamorado del chaval que no le correspondía. ¿O no?
La familia Barber se toma unas merecidas vacaciones para celebrar la absolución completa del niño. Inocente. ¿Qué ocurre en esas maravillosas vacaciones?
 Como veréis es una reseña llena de preguntas sin respuesta. Libro que engancha desde la primera página, aunque el principio pueda parecer un poco soso. Trepidante narración a través de la boca de Andrew, el padre de Jacob, que está testificando ante el Fiscal que llevó el caso de su hijo.
Al final parece que sí, pero puede ser que no. ¿A quién juzgan , a Jacob, a su padre o a su madre?
No os perdáis la novela y tendréis contestación a todas las preguntas. En cuanto al final queda abierto a debate, me encantaría comentarlo con vosotros, porque al igual que en otros muchos para cada uno tendrá un final. Seguro.
Me ha gustado mucho. Esa ansiedad de pasar las hojas y de leer un poquito más, sólo un capítulo más a ver que pasa. Uy que tarde, sólo unas páginas más.
Sí, es de esos libros que te tienes que leer casi de atracón.
Besazos

2 comentarios:

  1. Pues fue uno de los que compré en el último pedido de Círculo de Lectores. La verdad es que dan ganas de ponerse con el YA.
    Un saludo!

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    1. No te defraudará. Ya nos contarás lo que te ha parecido
      Un saludo

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