lunes, 13 de febrero de 2012

Siempre tuyo


Siempre tuyo, Daniel Glattauer, Alfaguara, 2012
Lectores y románticos en general, por fin tenemos entre manos la última novela del austríaco Glattauer. Tras el importante éxito conseguido con Contra el viento del norte y Cada siete olas, Alfaguara ha apostado de nuevo por él (el lanzamiento fue simultáneo en varios países), ofreciéndonos las inconfundibles portadas azules de mujeres solitarias le que caracterizan.
Pero no os engañéis. Ésta es una de las pocas coincidencias que encontraréis con los libros anteriores. No es una novela de mails, no deja el final abierto, ni todo es tan bonito como parece. Quien ya haya empezado a leerla quizá aún no esté de acuerdo conmigo, pero dejad que avancen las páginas…
Judith y Hannes coinciden por primera vez en sus vidas en la sección de quesos de un supermercado. Pero nada de un bonito encontronazo. No. Un pisotón en toda regla será el curioso primer incidente entre ambos. A partir de este encuentro fortuito  comenzará la que podría ser una dulzona historia de amor (decidme a mi cuántos de vosotros pisáis a una chica con el carro de la compra y cae rendida a vuestros pies...). Ella, 36 años, propietaria de una tienda de lámparas, con varios fracasos amorosos a las espaldas y harta de dar explicaciones a su madre. Él, 42, arquitecto de farmacias, el hombre perfecto, el yerno ideal. ¡Ja!. Un café, una cena romántica, una noche de amor…Muchas veces la combinación de destino-amistad-amor funciona bien. Pero cuando el destino es una mala casualidad, la amistad pasa a ser amor y el amor se convierte en posesión aquello no puede funcionar.
Glattauer ha vuelto a escribir sobre el amor, pero ésta no es una novela romántica. Si estáis esperando una continuación de lo anterior no empecéis a leer. Lo que parece una comedia acaba convirtiéndose en un thriller. Aquí se habla de acoso, de violencia psicológica, de posesión, de ansiolíticos, y del malestar que provoca una relación en la que sientes que te ahogas. De hecho la idea de la narración está tomada de los casos que cubrió como reportero de sucesos. Quiere dejar claro que amar significa hacer feliz a otra persona, si no es así…
Si algo destaca en el estilo de Glattauer son sus diálogos, la rapidez que imprime a la narración, los capítulos cortos que no invitan a perderse en disquisiciones interminables. Y el humor, porque aunque la cosa se ponga fea, la ironía es uno de sus puntos fuertes. Por eso a mí me gusta.
El amor no siempre es como en las películas, y si alguna vez vivís escenas que ya habéis visto antes, como mínimo temblad. No hay nada ni nadie perfecto, afortunadamente.
Glattauer es siempre muy recomendable
Lo mejor: El “no me quieras tanto y quiéreme mejor”
Lo peor: Son libros que se leen tan rápido…
Virginia

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