lunes, 22 de febrero de 2010

Lo verdadero es un momento de lo falso


Lo verdadero es un momento de lo falso, Lucía Etxebarría, 2010

Hace unos días salió a la luz la nueva novela de la Etxebarría. He de decir que pese a su particular personalidad, sus acusaciones de plagio, sus controvertidas apariciones en los medios...me gusta su literatura. No la valoro como persona porque lo que sé de ella no sé si es cierto, porque no me interesa que sea simpatiquísima, limpísima, educadísima ni amantísima esposa. Me importa en cuanto a su obra.

No es la escritora del siglo, pero tampoco se lo exijo, únicamente me gusta leer sus libros, con sus características, sus aciertos y sus carencias. He leído todas sus novelas, algunos de sus ensayos y sus entradas en Internet, y me gusta. En ellos encuentro amor, drogas, alcohol, sexo, desenfreno, depresión, angustia, retazos de aquellos 80 en los que nací y que marcaron la vida de tantos... Pero también se hace referencia a los estructuralistas, la maternidad, Baudrillard, la hiperrealidad, Debord, los movimientos sociales franceses, Steiner, Lorca, el concepto del amor, las diferencias sociales... Y eso hace que los textos resulten livianos mientras dejan un poso de "saber" donde se fundamenta lo superficial.

En Lo verdadero es un momento de lo falso la muerte de Pumuky sirve de pretexto para que trece de las personas que le rodean expongan su opinión sobre él, sobre lo divino y lo más rastrero de lo humano; de sus virtudes y sus más íntimas miserias; de su éxito y su estrepitosa y cruel realidad; sobre su vida y su muerte, para acabar construyendo un mosaico de percepciones e interpretaciones que nunca revelan la "verdad", porque la realidad no existe, se filtra a través de cada uno amplificando o distorsionando detalles a su antojo.

El narrador tiene el encargo de escribir la biografía del grupo que Pumuky formaba junto a Mario y Romano, y para ello mantiene conversaciones con la gente de su entorno que nos presenta a través de las voces de sus amigos, sus madres, sus vecinas, sus amantes....

Tiene un ritmo ágil, agradable, sencillo, entretenido. Engancha desde las primeras palabras, y te lleva corriendo hasta las últimas, intentando deshacer el entuerto: ¿Se suicidó o le mataron?. Todo ello intercalado con reflexiones y grandilocuentes frases de filósofos, escritores y ensayistas. Y salpicado de personajes estereotipados, de guiños al fiel lector con alusiones a otros libros, de diversión, de crueldad, de amores y desamores, de ironía y cotidianeidad.

Lo mejor: No haberme decepcionado, reecontrarme de nuevo con lo que quería, Lucía Etxebarría, tal y como escribe.
Lo peor: La campaña de marketing de su nueva editorial. Desde mi punto de vista esto no tiene nada de thriller (salvo un cadáver), y la foto de la portada (en diferentes colores...hiperrealidad) no refleja la esencia del libro.

Encantada

Virginia

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