sábado, 5 de diciembre de 2009

A pleno sol

Patricia Highsmith, en "Tom Ripley", Anagrama, 2009.

"A pleno sol" es la primera de las cinco novelas que Patricia Highsmith construyó con un mismo protagonista, Tom Ripley, y que Anagrama recuperó hace meses para estrenar su colección "Otra vuelta de tuerca" (la roja), marcada por la filosofía de rescatar textos publicados hace años de calidad especialmente significativa y que hoy son difíciles de encontrar.

Al publicar este libro Anagrama nos pone encima de la mesa un volumen de 1275 páginas en tapa dura. Sin prólogos y sin epílogos. Es muy pesado y difícil de manejar. Físicamente está mal planteado, pues duelen las muñecas al leerlo. Yo echo en falta unas palabras de algún crítico que nos comente el impacto que tuvo este personaje, su salto al cine, su huella en la literatura actual. Pero comprendo que, por extensión, era difícil de incluir.

Y aprovecho para pedir una reflexión sobre la moda actual de agrupar la obra de un autor (otro ejemplo es el reciente "Todo Marlowe" de RBA, también inmanejable, ni hablemos de la variedad de recopilaciones de Poe surgida por el centenario...), que aunque abarata precio, provoca libros muy incómodos y que colapsan nuestros anaqueles.

Pero vayamos al texto.

Tom Ripley es un joven americano al que aborda Herbert Greenleaf en un bar para pedirle que viaje a Europa con el propósito de convencer a su hijo Dickie, que reside en Italia, de que vuelva a casa a vivir con sus padres, puesto que su mujer está gravemente enferma. Dickie y Tom apenas se conocen, pero Herbert cree que están muy unidos. Tom le sigue la corriente y Herbert se ofrece a financiarle el viaje.

Y así nos presentan al protagonista: con grandes dotes de adaptación, con capacidad para percibir las oportunidades, con inteligencia para llevar a su interlocutor al lugar al que a él le interesa, con mucha caradura.

Tom viajará a Italia y este libro narra su relación con Dickie y su entorno, la transformación que provocan en Tom y sus consecuencias.

Tom Ripley es un personaje indudablemente carismático. Narrado en 3ª persona, le seguimos tan de cerca que no podemos evitar empatizar con él. Sin embargo, tiene graves problemas psicológicos que no sabría definir (de ahí mi interés por una nota crítica: ¿psicópata? ¿sociópata? ¿trastorno de personalidad?) y entra en una escala de mentiras y usurpaciones de la que no será sencillo escapar...

Protagonista sólido, magníficamente construído, manipulador, verosímil y complejo. Fascinante.
Acercaos a él. Os encantará leerle y comprobar (espero) que no tenéis a nadie como él cerca...
Iris.

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